domingo, 11 de mayo de 2008

desde ese día


Y por suerte pasó la tormenta. Este viento huracanado que duró casi tres años lentamente está tomando otro rumbo.
-¿Saldrá el sol ahora?
-mmm puede que que si pero todavía es de noche.
-pero es oscura la noche, de nada sirve que ya no llueva.
-si, tenés razón, pero fijate que linda está la luna. Fijate que estrellado el cielo ¿no te dan ganas de que sea eterna?
-sería un sueño,pero extraño el sol.
- todo no se puede, o el sol o la luna.

ambigüedad, inseguridad o codicia...por suerte tus detalles me/te escogieron.

jueves, 17 de abril de 2008

Existo


Antes que la acción prefiero el silencio seguro.
Antes que la acción prefiero premeditar, planificar.
Antes que la acción prefiero tu contrapartida.
Antes que la acción prefiero un futuro en un hoy.
Antes que la acción prefiero lo resuelto.
Pero, ¿que sentido tendría un decreto impuesto?
Si es así prefiero la acción, pero acción de la experiencia.

¿Le habrá puesto dios la firma definitiva?
La función principal de la obra poética, al modificar nuestra visión habitual de las cosas y enseñarnos a ver el mundo de otro modo, consiste también en modificar nuestro modo usual de conocernos a nosotros mismos, en transformarnos a imagen y semejanza del mundo abierto por la palabra poética (Ricoeur, 1999a: 57).

martes, 18 de marzo de 2008

Y un día

Y las melodías lo hicieron revivir aquel cálido día de verano lejano. Lo palpitó, y con su inusual paciencia dejó correr las agujas del reloj.
Aquel comienzo lejano hizo desteñir con su tinte rojo coincidencias y diferencias. Siempre hay algo que aprender fueron sus sabias palabras. Y siguieron su ruta hasta la fecha

Y Sin Embargo

De sobras sabes que eres la primera, que no miento si juro que daría por ti la vida entera, por ti la vida entera, y, sin embargo, un rato, cada día, ya ves, te engañaría con cualquiera, te cambiaría por cualquiera.
Ni tan arrepentido ni encantado de haberme conocido, lo confieso. Tú que tanto has besado tú que me has enseñado, sabes mejor que yo que hasta los huesos sólo calan los besos que no has dado, los labios del pecado.
Porque una casa sin ti es una emboscada, el pasillo de un tren de madrugada, un laberinto sin luz ni vino tinto, un velo de alquitrán en la mirada. Y me envenenan los besos que voy dando y, sin embargo, cuando duermo sin ti contigo sueño, y con todas si duermes a mi lado, y si te vas me voy por los tejados como un gato sin dueño perdido en el pañuelo de amargura que empaña sin mancharla tu hermosura.
No debería contarlo y, sin embargo, cuando pido la llave de un hotel y a media noche encargo un buen champán francés y cena con velitas para dos, siempre es con otra, amor, nunca contigo, bien sabes lo que digo.
Porque una casa sin ti es una oficina, un teléfono ardiendo en la cabina, una palmera en el museo de cera, un éxodo de oscuras golondrinas. Y cuando vuelves hay fiesta en la cocina y bailes sin orquesta y ramos de rosas con espinas, pero dos no es igual que uno más uno y el lunes al café del desayuno vuelve la guerra fría y al cielo de tu boca el purgatorio y al dormitorio el pan de cada día...

Joaquín Sabina

sábado, 15 de marzo de 2008

Charlando con mi corazón

Sos un traidor, no sabés lo que querés, ponete de acuerdo y se sincero al menos conmigo. Si estás confundido hablemos, yo te voy a entender, solo te pido no me mientas ni me ocultes nada mas.

jueves, 13 de marzo de 2008

Mi cable a tierra

Que dificil se hacen las noches cuando los complementos son la excusa perfecta para eliminar la impaciencia por volver a aquel día de inicios de otoño. Aunque de vez en cuando una simple voz, unas simples palabras apacigüen el letargo trajín del reloj gladiador.
Por existir, por sobrevivir, por lo que es y vendrá...
(...)en el anonimato, por su espíritu único(...)

miércoles, 12 de marzo de 2008

El pequeño mas grande

No va a haber un adiós porque ello es unicamente para los que parten. Lo que no voy a negarle es gastar las palmas de mis manos en aplausos. A continuación un reportaje que le hicieran a Jorge Ginzburg en su momento:

-¿Todo lo que hacés es extraordinario?
-No, para nada. El título del libro surgió de la unión de dos conceptos: el psicoanálisis y la política, como un doble juego. Pero no me atrevo a decir que sea extraordinario, aunque es verdad que estoy muy orgulloso de haberlo hecho. Una de las razones por la que el nivel de lectura disminuyó de manera considerable es que se edita mucha bosta. Hay que ser más duro al momento de aceptar el proyecto de una edición.
-¿Hombre de diván?
-Seee!!! De muchos años de experiencias con detenimiento. Creo que la terapia me ayudó mucho en la vida y a esta altura de mi carrera representa un gran disparador creativo. Es más, no creo que pueda cambiar las cosas que todavía no logré modificar, así que sigo yendo porque me hace bien, aunque el alta está en la palma de mi mano, cuando se me cante. Es maravilloso encontrar un frontón o un espejo para charlar las cuestiones que uno lleva al diván, aunque lo mío es un cara a cara. Se lo recomiendo a todo aquel que esté dispuesto a presentarse de manera abierta.
-¿Cómo encaja tu esposa en esa estructura? ¿La idische mome tiene la culpa de todo?
-Jajaja!!! No, mi mujer e hijos fueron y son terapéuticos para mí. Me hicieron mucho bien, tanto a mi salud física como la psíquica. Además, su existencia me hizo muy feliz, sin lugar a dudas. En ese sentido, y como una buena película de acción, el durante del análisis te propone momentos muy dramáticos, pero el final es feliz.
-Sos adicto al trabajo: ¿el que mucho abarca poco aprieta?
-Si pienso en la suerte que tuve hasta ahora. Abarqué muchos proyectos que se hicieron realidad y me fue muy bien en cada uno: el teatro, la tele, la radio y la gráfica. El único ámbito del que me mantengo alejado es el cine, pero no descarto incursionar alguna vez. Ya escribí algún guión, pero nunca se filmó nada de lo que hice. Por eso, no adhiero al dicho. El estar concentrado en más de una cosa me tranquiliza, yo soy de esos y me gusta pensar en varios frentes. Así quito la angustia al futuro y el no saber qué viene.
-Además del diván, ¿qué otros momentos creativos tenés?
-Soy de anotar... ahora en una palm, que también es celular. El tema es que muchas veces se me viene cualquier cosa a la cabeza y puede servir para una u otra cosa. Por eso tengo todo bien dividido en ítems, para organizar todo lo que hago. El sistema se replica en mi computadora y da cuenta del tipo ordenado que soy.
-¿Cómo serías desempleado?
-Es difícil imaginarlo, aunque recuerdo claramente una vez que me dieron una patada en el culo y me dejaron en bolas absolutas. En diciembre de 1976 dirigía una revista de espectáculos y escribía para radio y tele. A fin de año se terminó todo y cuando volví de vacaciones me di cuenta que ya no era bien recibido en los laburos anteriores, porque no les caí para simpático a los militares. Llegué a pensar en irme del país, pero un amigo me tiró un centro en un rubro nuevo: la venta de publicidad. De a poquito empecé, y hasta recibí muchos premios internacionales. Sin laburo estuve todo un verano.
-¿Qué lugar ocupa el laburo en tu vida?
-El año que pasó fue demasiado primordial, decisión que me quitó vida, descanso y placer de ocio; me equivoqué en aceptar demasiadas propuestas.
-¿Cómo se paga ser workaholic?
-El físico te pasa la factura. Además, la familia no te deja pasar una. Este año me propuse laburar un poco menos.
-¿Trabajar para vivir o vivir para trabajar?
-Uno de mis temas es que el trabajo es una variable apasionante... Tampoco lo tomo como que tengo que ganar plata para poder comer, como le pasa a la gran mayoría de la gente. En mi caso, el trabajo representa la posibilidad de poder expresarme y comunicarme; está muy apegado al disfrute. No hay carga en eso, sí se pudre todo cuando te cargás mucho, como me pasó en el 2005. Me zarpé con el equilibrio entre el laburo pasional y el descanso familiar. Ni siquiera pude rajarme a ningún lado para estar panza arriba.
-Más allá del trabajo, ¿otros excesos?
-No tuve ni tengo, porque el cigarrillo no me gusta y tampoco tomo a deshora. Mis curdas se pueden remontar y sólo tengo en mi haber las normales: en casamientos y algún que otro evento. Recuerdo una noche que fui invitado al teatro y estaba medio en ayunas. Servían ron por todos lados y lo pagué caro, porque manejó mi mujer hasta casa en un estado medio lamentable. Las drogas ni las cuento y, para terminar, todo el sexo que puedas nunca es un exceso. Ahora me doy cuenta: mi único exceso es el trabajo; ¡es tristísimo! Lo pienso como título y es terrible... yo pensaría: “¡Qué imbécil!”.
-¿Hombre de estrés laboral?
-No. Eso lo viven quienes no tienen laburo o los que se matan todo el día y no les alcanza para morfar; lo mío es otra cosa... Un amigo, al que veo muchas menos veces de las que me gustaría, una vez me preguntó cómo estaba y le dije “muy cansado”. Pero su remate me mató: “Lo único que cansa es el fracaso”. Brillante!!!
-¿Sos tan maniático de querer estar en todo?
-Intento estar al tanto de todo lo que pasará en mis programas, por eso participo mucho en la cocina de todo lo que hago. Mi terapeuta dice que vivo una neurosis obsesiva. Jajaja!!!
-¿Con qué no estás conforme de tu personalidad?
-Me gustaría tener la imperturbabilidad del ánimo: que no me enoje tanto que las cosas no salgan ni que la euforia sea tan grande cuando verdaderamente la pegamos. Necesito ser más sereno.
-Sos un jefe jodido...
-Lo jodido en mí pasa por otro lado: en mis laburos formo familia y eso estrecha lazos de cariño y protección, pero al momento de exigir la cosa se pone fuerte. Debo admitirlo: soy un padre exigente.
-¿Sos un jefe lúcido?
-Creo que hay gente que ya dejó huella en nuestros medios, como Tato. En términos de periodismo humorístico, me parece ya haber hecho algún aporte hasta el momento.


POR IGNACIO BORDOLI

y aquí un reportaje con otro grande,Roberto Gomez Bolaños,dos potencias:

http://www.vxv.com/clarin/Divanero=21186.htm